Fue en 1972 la Iglesia Adventista del Séptimo Día intentó, por
primera vez, crear un programa específico para niños menores de diez
años. Eso ocurrió en Washington (EUA), bajo la dirección de Carolee
Riegel.
En 1975, otra Asociación (la del Noreste – EUA) realizó un programa
enfocado en este grupo especial y, cinco años más tarde, varias
Asociaciones ya estaban siguiendo estos ejemplos pioneros. La idea
obtuvo fuerza y fue copiada en muchos otros lugares.
En 1988, la División Norteamericana invitó a las Asociaciones
interesadas y a personas especializadas en niños para estudiar la
oficialización del Club de Aventureros. En algunos lugares ya se usaba
ese nombre.
Una comisión se reunió, un año más tarde (1989) para actualizar el
currículo, las Especialidades y establecer normas para la organización y
funcionamiento del Club. Participaron de este trabajo, líderes de
Escuela Sabática Infantil, educadores, coordinadores del Ministerio del
Menor (de las Uniones y Asociaciones), y otros especialistas en familia y
educación infantil.
En el mismo año (1989), la Asociación General oficializó las Clases
de los Aventureros Abejitas Laboriosas, Rayitos de Sol, Constructores y
Manos Ayudadoras, confirmando el trabajo realizado por Teresa Reeve.
Ella escribió el currículo de los Aventureros con el propósito de
“facilitar al niño la participación de su fe, y ayudarlo a prepararse
para esta vida y para la vida eterna”.
En 1990, el Plan Piloto del Club de Aventureros fue iniciado en los Estados Unidos, en la División Norte Americana.
En 1991, la Asociación General lo autorizó, como programa mundial,
estableciendo sus objetivos, currículo, Bandera, uniforme e ideales.
Esta es solo una parte de la historia que otros ya escribieron.
Una parte, aun no narrada, ocurrirá (o ya esta ocurriendo) sí, ahí,
en tu iglesia local – y en realidad, esos serán los capítulos mas
relevantes de esta historia, no sólo para ti, sino para los niños que tu
lideras.
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